A lo largo de su vida útil, las fachadas de los edificios deben resistir todos los días miles de ciclos de cargas positivas y negativas provocadas por el viento.
Durante una tormenta, una fachada es golpeada por ráfagas en todas direcciones, y durante largos periodos y debe continuar recibiendo estas fuerzas sin perder su resistencia ni hermeticidad. Las fijaciones, soportes y los propios elementos, sufren estos esfuerzos, y responden vibrando.
No son pocos los casos en que por «fatiga» del material, debido a estos miles de ciclos de pequeñas deformaciones diarias (provocadas por las vibraciones), los elementos de aluminio terminan colapsando.
Las fijaciones y conexiones, expuestas a estas vibraciones se debilitan y/o desconectan, dejando de cumplir su función, y provocando la caída, desprendimiento o voladura de elementos de la fachada (Cupertinas, revestimientos, luminarias, etc.).
Uno de los efectos mas comunes de estas vibraciones en los elementos de fachada es el «desenroscado» de tuercas y tornillos. Tal como se ve en el video.
La recomendación es proveer dispositivos, mecanismos o estrategias de bloqueo de los tornillos que eviten su giro indeseado en todos los casos que conecten piezas expuestas a estas vibraciones
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